Si me preguntas por el día más importante de la humanidad, no te responderé con fechas de la independencia de pueblos o naciones de sus opresores, sino con el día en el que Jesús el hijo de Dios vino a traernos libertad de las cadenas de pecado. 

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. 

Juan 1:14

Si me preguntas por el día que marcó un antes y un después en nuestra historia, no te hablaré del descubrimiento de alguna medicina, sino con el día en el que Dios en forma de hombre vino a ponerle fin a la enfermedad y la muerte. 

Porque si hay un día para recordar y celebrar eternamente, es el día en que el cielo conspiró la destrucción del reino de las tinieblas y envió a Jesús, el hijo de Dios. Aquel día la luz del rey más grande atravesó nuestra atmósfera, y llegó para acabar con la oscuridad de los corazones de cada persona del mundo. Su luz alumbró nuestros ojos y pudimos al fin ver su amor, gracia y verdad. 

Porque si hay alguien digno de ser celebrado, es el rey de reyes, creador del Orión y las Pléyades, quién se despojó a sí mismo y se hizo semejante a nosotros. Llegando a nacer en el más humilde lugar, viniendo a servir y no a ser servido, a dar y no a recibir.  

Si me preguntas por el día más especial de la humanidad, yo te responderé con el día en el que recibimos el regalo más grande, Jesús. Su vida es el regalo, su amor nos encontró y su sacrificio nos dio una segunda oportunidad cuando en nuestro destino solo había desolación.  Hoy tenemos esperanza porque podemos ver su luz y caminar en ella. 

Pastilla Celestial

Deja que la luz de Cristo te inunde. Su amor te transformará y no volverás a ser el mismo. Su vida fue el regalo más grande, ahora celebremos esta navidad ofreciéndole nuestro corazón, pudiendo vivir en el lugar más majestuoso de la tierra, él ha elegido hacer de nosotros su morada. No existe privilegio más grande.